martes, 4 de diciembre de 2012

Comunicación, Cerebro y Arquitectura


Comunicación, Cerebro y Arquitectura
Mis dos hijos, Cristina y Santiago, desde sus primeros días de vida han tenido un comportamiento bien diferente. Así, su forma de comunicar, de relacionarse con el espacio y las influencias que reciben de los demás también es diametralmente opuesta. Los seres humanos evolucionamos según nuestros instintos, que hoy en día representan nuestra propia seguridad a la hora de defender nuestros criterios.

Desde que estudio neurociencias mis ideas se multiplican y obtengo respuestas que quiero compartir para contribuir a mejorar nuestra forma de interpretar la vida, porque todo el conocimiento está en el cerebro. El saber se multiplica cuando las conexiones neuronales de las personas trabajan y piensan en el mismo sentido, sin importar el lugar, gracias a la magia de la comunicación.

ESPACIO Y NEUROMARKETING

El espacio, los colores y los olores influyen de manera decisiva en nuestras decisiones de compra. Mirar y sentir en una tienda o en unos grandes almacenes evoca emociones y provoca percepciones. Los hombres y las mujeres las percibimos de forma diferente, porque la carga hormonal de nuestros cerebros es bien distinta. De esto se ocupa una nueva disciplina, que conocemos con el nombre de Neuromarketing.

Ahora, los arquitectos y los neurocientíficos están trabajando conjuntamente para investigar como los espacios y el diseño de los edificios puede interactuar con el funcionamiento de nuestro cerebro. Algunas instituciones, como la Academia de Neurociencias para la Arquitectura están realizando estudios para adecuar los ambientes a nuestras necesidades evolutivas.

ARQUITECTURA CEREBRAL

Estas cuestiones incluso sirven para facilitar la vida a personas que padecen enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, puesto que podrían disponer de espacios que les facilite la vida y puede que hasta les ayuden a recuperar la memoria. Es muy curiosa la relación que hay entre los espacios y la arquitectura cerebral.

Todo en nuestra vida está íntimamente relacionado y en comunicación. Lo que hoy escribo es tan solo un ejemplo para que pensemos como la unión de los cerebros de los investigadores neurocientíficos y los arquitectos, en este caso, tienen la capacidad de ofrecer resultados sorprendentes.

La conclusión es que todos podemos cambiar nuestro mundo para mejor si activamos y potenciamos nuestro nivel de comunicación intrapersonal, interpersonal y no verbal. Somos palabra y acción.

Sara Dobarro

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