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Mi amigo Santi Hernández |
El objetivo de este Gobierno es seguir una política de
creación de empleo, según se nos viene anunciando, desde el mes pasado, en los
medios informativos. Sin embargo, hoy
desayunaba con una noticia que no deja de atragantarme: La mitad de las
empresas de mi comunidad (Aragón) redujeron su plantilla en el 2011. Pero lo
que más acentúa ese nudo que se me hace en la garganta es pensar que la caída
de puestos de trabajo también está afectando en gran medida a los
discapacitados.
Siempre los más vulnerables son los primeros en caer y los
últimos en levantarse. En Valencia, por citar otra autonomía, se intenta evitar
el despido de 700 discapacitados que trabajan en diferentes centros especiales
de empleo. El motivo no es otro que el retraso del pago de las subvenciones que
tiene que aportar la Generalitat Valenciana. Y así, sucesivamente, por las
diferentes comunidades.
SURREALISMO PURO
En estos días de navidad, tan solidarios como entrañables,
los medios de comunicación, los políticos y los comentaristas generadores de
opinión sólo nos hablan de números, de porcentajes y de reajustes… ¿Y de las
personas?... Detrás de cada una de ellas hay un drama que interesa silenciar.
Los discapacitados de estas empresas de integración o centros especiales de
empleo nada pudieron hacer frente a la imparable ola del desempleo. Así, a los
disminuidos les llega un injusto castigo con mucho dolor, pues las personas que
tienen que ser despedidas de estas empresas, tienen serias dificultades para
encontrar un nuevo puesto de trabajo.
Conozco un caso muy cercano. El de Santi Hernández Nápoles,
que trabajaba en uno de estos centros especiales empleo, como gestor de redes
sociales. Ni las modernas tecnologías de la red, tan amigas suyas, le libraron
del paro. En los últimos meses, de 30 trabajadores con dificultades de inserción
se quedaron con 7. ¿ Han pasado de ser protegidos socialmente a ser los más
vulnerables?
MUCHA VOZ
La experiencia les dice que no cuentan igual para los
servicios de empleo y hasta que la tasa de paro tenga un porcentaje más
razonable, en comparación con países de nuestro entorno, no se les demandará
para cubrir puestos de trabajo. ¿Dónde queda aquel noble empeño de crear empleo
“estable y digno” para personas con dificultades para acceder al mercado
laboral ordinario?
A lo largo de la historia, el hombre descubrió que, en
grupo, generaría mayor entendimiento, que luego el mismo derivaría en
conocimiento y que ahora, en el siglo XXI, hay que comunicar. Para eso están
las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Puede que piensen
que no se les hace caso porque se trata de un colectivo pequeño, pero su labor
es muy grande, tanto como su voz.
Sara Dobarro
Directora de Quedigo.com
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