jueves, 10 de noviembre de 2011

LEJANÍA, POSES Y FALTA DE CONFIANZA


Para exista diálogo es necesario saber escuchar


La puesta en escena de los cinco representantes de los grupos parlamentarios, en el debate televisado, ha estado llena de poses y ambigüedades. Todos sentados, en una mesa semicircular, frente a la moderadora, pero ninguno de los candidatos supo expresar cercanía a la ciudadanía, ni saber escuchar. Todos llevaban su discurso aprendido y el debate estuvo carente de frescura y sonrisa.

En cuanto a la imagen, todos usaron el uniforme social de político: traje clásico, oscuro y con chaqueta estructurada, camisa azul, corbatas también azules, en diferentes gamas, excepto dos rojas. Los que arriesgaron con el color de la fuerza fueron Ruíz Gallardón, del PP, y Pere Macías, de CIU.

Se notó que Jáuregui, y Gallardón, recibieron clases de telegenia. Los políticos de los otros grupos cometieron los errores propios de la falta de entrenamiento. A Llamazares las mangas de la chaqueta le quedaban cortas, y se agarraba mucho las manos, que al principio le temblaban. Por su parte, Pere Macías leyó mucho, con la consecuente mala gestión de la mirada. Josu Erkoreka, realizó muchos autocontactos y dio vueltas a su alianza, en busca de equilibrio y seguridad.

Según el análisis de la Comunicación No Verbal, ninguno de los candidatos, utilizó argumentos que llegasen a los ciudadanos. Recordemos que las señales biológicas -gestos- prevalecen sobre las palabras y han de ser bien gestionados para despertar interés, credibilidad, y confianza, algo que brilló por su ausencia.

Cada uno defendió lo suyo, pero ni se escucharon entre ellos. Vimos como mientras Jáuregui hablaba, su compañero Macías, leía y repasaba sus papeles.

Los ojos de Ruíz Gallardón transmitieron prepotencia, aunque a veces, miraron hacia abajo, lo que significa una conexión con sus emociones más íntimas. Al debatir, a Llamazares se le torcía la boca hacia la izquierda, por inseguridad emocional y Jáuregui alternó los puños cerrados con las palmas abiertas, que expresan la dualidad de sentir rabia y querer se transparente. Los enlatados, sin comentarios. En fin, un debate monótono y sin empatía.

Sara Dobarro
Directora Quedigo.com

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Increíble,hasta el color de las corbatas, el rojo se supone es un color de seguridad y de llamada de atención, las manos, las has descrito a la perfección, la falta de actitud de escucha es evidente y los tonos de voz elevados gradualmente es inpotencia, falta de credibilidad. Y si ya se comportan como el debate de Rajoy y Rubalcaba, sin animo de ofender parecen peleas de niños de patio de colegio. En ese si vi emociones , la ira, el enfado contenido , insultos propinados "mentiroso" perdida de papeles entre ambos, un "realiti" de el único en común las ansias de poder! aH! sin ofender a los niños, ellos tienen cualidades que desconocen , los ya nombrados :-) Erina