Ambos muestran caras serias. Eligieron una indumentaria parecida, salvo el color de la camisa. La de Rubalcaba, azul cielo, el color de la comunicación y la de Rajoy, blanca, el color de los candidatos de la antigua Grecia, por su relación directa con la candidez. De ahí la palabra candidato.
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Una imagen que anticipaba quién iba a ir a por todas |
En el apretón de manos, ya se sabe quien va a querer llevarse el gato al agua. Si se fijaron, Rubalcaba tiró con fuerza de Rajoy intentando llevarlo a su terreno. De hecho, el brazo de Rajoy pasó por delante de Campo Vidal, cruzándole todo el tronco; lo que nos muestra que Rubalcaba va a por todas.
Tras el saludo, cuando los presenta Campo Vidal, Rubalcaba deja ver ampliamente sus dientes, porque sabe que le confiere poder, aunque también ganas de lucha. Ambos están nerviosos, Rajoy se equivoca, en el inicio de su debate, llamándole Rodríguez por dos veces y sus orejas aparecen muy rojas, ya que se siente increpado y tiene que improvisar.
Por su parte, Rubalcaba siente que le faltan argumentos de peso e intenta presionar con preguntas a Rajoy. A pesar de su carácter peleón, le hace sentir incómodo según nos muestran sus venas dilatadas de las sienes.
Entre los candidatos a la presidencia del Gobierno de España, podemos asegurar que el PSOE sigue manejando mejor la comunicación no verbal: la gestión de la mirada, la articulación, dicción y el tono de voz, que captan emociones. Así, fue mucho más natural Rubalcaba en su pésame al sargento fallecido en Afganistán, mientras que Rajoy no dejó manifestar emoción alguna. El grado de empatía de Rubalcaba e influencia es superior al de Rajoy, a pesar de ser, este último, respetuoso y contundente.
Controlaron muy bien el tiempo, pero no pudieron hacerlo con los gestos. Rajoy ha leído mucho. Ambos utilizaron mucho las palmas abiertas, porque sus asesores les enseñaron que favorecen las relaciones. Rajoy ha utilizado un excesivo contacto ocular, como manifestación de superioridad. Por el contrario, Rubalcaba, a veces, baja los ojos, como muestra de sumisión. Las cejas de ambos y el tono de voz, que alzaron por momentos, también han sido muy elocuentes. Nos han mostrado tensión, angustia y sorpresa.
Sara Dobarro,
Directora Quedigo.com
1 comentarios:
Muy bueno tu análisis Sara. Como dije en un comentario, desde que haces un análisis del lenguaje no verbal, me fijo cada vez mas en esta forma de comunicación que contiene los secretos de lo que no se quiere decir, o de los que nos afecta. Muy útil tus observaciones.
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