lunes, 23 de julio de 2012

JUSTICIA Y GOBIERNO SE TAMBALEAN


Hace tiempo que vemos como el descrédito de los que nos administran en los ámbitos de la Justicia, Legislación y Gobierno crece. Todo porque se han enredado en la rueda del “sin sentido”.  Y cuando uno cae, hace tambalear a los demás. El caso más reciente lo tenemos en la detención de los implicados en el secuestro del empresario aragonés Publio Cordón.
Los ciudadanos, llenos de sentido común, nos damos cuenta que el corporativismo judicial intenta que no aflore la verdad. Vemos y leemos la descoordinación que existe entre la Guardia Civil del actual Gobierno y el sistema judicial, al que pertenece Juan Alberto Belloch,  que estaba de ministro del Interior, hace 17 años. Se aprende poco con una victoria pero mucho con una derrota. 

OLOR A PODRIDO

¿Qué tipo de implicaciones puede haber para que a unos secuestradores con un supuesto asesinato en su haber, sean arrestados a bombo y platillo, con difusión mediática, por la Guardia Civil e Interior y el juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez les haya dejado en libertad con fianza de 10.000 euros?  Como reza en el título de la obra Martín Vigil, hay “cierto olor a podrido”.  Con esta medida, el riesgo de fuga es máximo y el de destruir pruebas también.
Es un caso tan sucio que todos intuimos tramas oscuras en el sistema de seguridad del Estado español, con el agravante de tener gran crueldad para con los familiares de Publio Cordón. Su hija María decía hace unas horas “o hay que cambiar la Ley o hay que cambiar al juez”. “No hay derecho”. “Otra vez la pesadilla”. Esta familia lleva 17 años esperando conocer la verdad.  ¿No es hora de que su viuda Pilar Muro pueda enterrar por fin los restos de su marido?

IMPERIOSA NECESIDAD

¿Por qué no interesa encontrar el cadáver? ¿Tal vez no cayó por una ventana como han contado los secuestradores? ¿Alguien lo habrá matado? ¿Encontraríamos alguna bala alojada en su cuerpo? ¿Quién la habrá disparado? ¿Si se sabe que el cuerpo está en el monte francés “Mont Ventoux”, tras 17 años de investigación, por qué no han encontrado el cadáver, ni interesa esclarecer la respuesta a esta serie de preguntas?
Decía el gran Horacio que “nunca consideraré libre a quien vive en el temor”, en el terror y la ansiedad, añado. Conozco de cerca como han vivido y siguen viviendo la familia de Publio Cordón las consecuencias. Es de imperiosa necesidad que esta familia pueda poner punto final a esta tragedia, que sepan cómo murió y que les entreguen el cuerpo para poder enterrarlo.
Este caso es el claro síntoma de que el sistema y la política están viciados y hay, no sólo un gran círculo de pasividad, sino muchos pequeños que no se interconectan para el cambio de información.
 
JUSTICIA Y PERDÓN

Como ciudadanos de un Estado de Derecho tenemos la obligación de pedir “justicia, honor y verdad”. Si los pilares fundamentales que deben sustentar nuestro sistema fallan, ¿qué podemos esperar?... No hablamos de percepciones, ni de subjetividad. Son hechos los que nos activan un juicio de puro sentido común.
Creo que la crisis económica está permitiendo ver las sucias alcantarillas por las que se mueven ciertos asuntos de Estado. Hay quien tiene los hilos de poder tan bien sujetos que no le importa dejar en tela de juicio el trabajo de investigación y la labor del Ministerio del Interior.
Causa pavor y estupor pensar que nuestro sistema judicial y político se asemeja más al de una república bananera que al de un Estado de Derecho. Tal y como está la política actual, la primera conclusión a la que llego es que los jueces no deberían jugar a políticos. Sino pasen, vean y saquen sus propias conclusiones.


Sara Dobarro
Directora de Quedigo.com

0 comentarios: