lunes, 7 de mayo de 2012

TRADICIÓN Y COMUNICACIÓN


Fiesta del Primer Viernes de Mayo en Jaca
Calle Mayor de Jaca, Viernes 4 de mayo de 2012

Nunca había asistido al acto del Primer Viernes de Mayo, en Jaca, hasta que, este año, mi amigo y periodista Cristóbal Cabezas me invitó  para analizar, en el programa “Boca oreja”, la Comunicación No Verbal de la fiesta en la que todos los ciudadanos se unen para conmemorar la gesta en la que sus antepasados libraron con éxito la batalla para conseguir la libertad. Es espectacular ver a todo el pueblo vibrar, en pleno siglo XXI, vestidos de medievales, alzando al unísono sus voces, frente al Ayuntamiento, para cantar a la libertad en el estribillo del himno, que se ha convertido en santo y seña de la ciudad. Es un momento de gran intensidad donde todos cantan entre saltos, abrazos, calor y hasta algunas lágrimas de emoción.

La Comunicación No Verbal aflora por doquier; pues todos los jacetanos viven los primeros viernes de mayo con grandes dosis de emoción que se palpan en el ambiente aunque se viva bajo el paraguas, como ocurrió en esta edición. La fiesta se celebra desde que en el año 758 las tropas musulmanas intentaron conquistar la ciudad de Jaca y los jacetanos dirigidos por el conde visigodo Aznar Galíndez, les vencieron gracias al valor de sus mujeres y hombres, que unieron sus fuerzas de forma épica, con escasísimos medios para la lucha.


CANTAR LIBERTAD

Cuando cantamos a la libertad y a la victoria de un pueblo nadie puede poner palabras en nuestra boca; de ahí que los jacetanos desfilen con un clavel en la boca.  Gestos como éste hablan por sí solos de un renacer social. Al evolucionar los hombres y mujeres de Jaca construyeron una nueva historia, otra realidad. Sin embargo, cada Primer  Viernes de Mayo los jacetanos y visitantes cantan con orgullo “Jaca libre sabe vivir a la sombra del monte Oroel”.

En esta representación se funden historia y leyenda, pasado y presente, como bien explicó el historiador y político Domingo Buesa, en la conferencia que precedió al evento, donde la emblemática calle Mayor estaba a rebosar. En los rostros se expresaban claramente sentimientos de orgullo, valor, unidad, pasión  de supuestos labradores, condes, cortesanas, niños y  mayores, en suma de la misma voluntad.




  CAMBIO Y HUMILDAD

Viendo el ejemplo de Jaca, es cierto que el buen proceso de cambio suele tener como punto de partida la humildad y la voluntad de ser compartido. El gran mérito del conde Aznar Galíndez fue poner a prueba su capacidad de liderazgo y conseguir que los jacetanos secundaran la batalla.

Hoy en pleno siglo XXI, la sociedad sumida en la crisis pide un cambio, un resurgir. Solo con la suma de voluntades podremos  alcanzarlo. Ya hemos visto que la conquista del bienestar para el futuro se produjo con unos pocos valientes. Empecemos por cosas simples para mejorar.

Sara Dobarro
Directora Quedigo.com

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