jueves, 15 de marzo de 2012

Espíritu de Servicio

El espíritu de servicio es necesario. Hemos de activarlo, cualquiera que sea nuestra actividad profesional o familiar. Desde el punto de vista ético, tenemos que centrarnos y poner todo nuestro amor en los pequeños detalles. Así, hemos de poner más atención en el trato que damos a las personas que nos rodean y esos gestos de nuestra Comunicación No Verbal, que hablan tanto de nuestra forma de sentir.

Estamos atravesando un momento de caos, donde todo parece ponerse patas arriba. Los bancos no tienen dinero, la mayoría de los políticos son corruptos y se sirven  de sus puestos para su enriquecimiento personal, en vez de servir a los ciudadanos. No hay trabajo. El paro no cesa de crecer, lo que va en detrimento de la dignidad de la persona. El derecho y la justicia no es igual para todos…

 

FAMILIA

Tenemos que pensar que la crisis de valores éticos empieza por la familia, para seguir por el entorno más próximo, la empresa, las organizaciones, la Administración, el Gobierno y hasta las Instituciones más altas.  Esto, directa o indirectamente, nos afecta a todos. Los que gozamos de una posición desde la que podemos aportar algo a la sociedad, tenemos la responsabilidad social de servir.

El espíritu de servicio es vocacional y un valor intrínseco de la personalidad humanista. Es hora de contagiarlo y despertarlo en más personas generosas, conscientes de que podemos ser útiles a los demás y en concreto a las personas que lo están pasando muy mal. No podemos permanecer inalterables al sufrimiento de nuestros vecinos, porque mañana podemos ser nosotros los que demandemos una mano tendida.

PRIMER PASO


El primer paso para cambiar el mundo pasa por nosotros. Por nuestra capacidad de iluminar las vidas de los que se sienten a oscuras o no saben como salir del duro trance por el que atraviesan. Hemos de ser conscientes que las relaciones humanas rigen el mundo. Ya lo decía Abraham Lincoln “El principio moral es una obligación menos ventajosa que el interés crematístico” y en estos momentos, este pensamiento cobra más fuerza.

¿Qué sociedad queremos construir? ¿La que nos conduzca por el camino del egoísmo o el de la generosidad y la evolución social?. Las personas que triunfan en su vida y se sienten satisfechas. Son las que se ponen al servicio de los demás y comparten su conocimiento, sin dejarse llevar por la corriente. La naturaleza es sabia. Tras la tempestad, siempre llega la calma… Si os sirven, amigos lectores, pongo a vuestra disposición  mi capacidad de innovar y comunicar para que tus sueños cobren vida, como he comprobado: Las palabras crean realidades.

Sara Dobarro
Directora de Quedigo.com

1 comentarios:

Mery Correa Dutari dijo...

Excelente. Ya lo decía Madre Teresa en sus escritos de la vida es un servicio.
Claro que sí.
No entiendo mi vida si servir.
Sobre todo con alegría.
El Padre Hurtado, santo chileno siempre decía a sus alumnos: " Contento, Señor, Contento".
Debemos servir, pero ese servicio debe ser con un espíritu gozoso, solidario y generoso.
De otra forma el servicio no es servicio: es egoismo, y pide siempre algo a cambio.