Entrar en Zaragoza Activa es una experiencia inolvidable. Mucho más que un vivero de emprendedores. Te
sorprenderá… Y lo digo desde el punto de vista de una periodista madura, que ya
ha experimentado el valiente y duro trance de montar una empresa. Al llegar, te
sientes acogida por la calurosa bienvenida de Gloria, José Mari y Jesús, que se
desviven por atenderte en la recepción.
Después miras hacia
lo alto, y sientes que estás en un enorme espacio, de gran altura, con un
magnífico escenario al fondo. A la derecha, observas personas, en puestos de
ordenadores, que navegan por internet y que son ejemplo de diferentes razas
unidas por la tecnología.
BRILLANTE INTERACCIÓN
La multiculturalidad y talento llenan el edificio de la
antigua Azucarera del Rabal para dotarlo de savia nueva con brillantes ideas.
El lugar es ideal para la interacción. Ha sido rehabilitado pensando en ofrecer
todos los servicios que pueden necesitar los emprendedores y también para
aquellos que buscan empleo. Así su innovador y sugerente diseño, unido a los
colores transmite alegría y optimismo.
Los jóvenes, universitarios, desempleados y asesores
comparten espacios comunes en la cafetería, zona wifi o la zona de empleo, donde se ofrece
asesoramiento profesional sobre búsqueda
de empleo, formación, ofertas de trabajo y servicio de prensa, ordenadores o
fotocopias, entre otros.
PENSADO PARA EL ÉXITO
Una sala que me impactó ha sido el “semillero de ideas”, que
se utiliza como paso intermedio para madurar la idea de negocio. Allí, se
respira una energía especial, el lucernario en lo alto, las paredes de piedra y
los muebles modulares, que con sus vivos colores en los laterales, se abren y
se convierten en puestos de trabajo, para albergar a los que se les enciende la
bombilla.
Del semillero, si tu idea es buena, se puede pasar al
vivero. Además, en Zaragoza Activa, también está ubicada la Asociación de
Jóvenes Empresarios y el grupo de voluntarios, con quienes puedes compartir
experiencias. Y todo funciona a las mil maravillas gracias a la dirección de
Raúl Oliván. Espero y deseo que todos los emprendedores y emprendedoras alojados
en el vivero consoliden sus experiencias empresariales por su valor, ilusión y
voluntad.
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