LA CNV DICE QUE CAMPS SE VA OBLIGADO Y CON RABIA

Tras el análisis de la Comunicación No Verbal,  en el acto de renuncia de Francisco Camps como presidente de la Generalitat Valenciana, podemos asegurar que CAMPS se va en contra de su voluntad y con rabia, además de otros secretos, que ha querido ocultar. El referido acto ha sido de gran elocuencia no verbal, tanto por los gestos del protagonista, como los de sus colaboradores más cercanos y sus valedores, Rita Barberá y Federico Trillo.

Los gestos de Rita son más que elocuentes

Una imagen vale más que mil palabras

 

Vayamos con la escena. Camps aparece bajando las escaleras, sinónimo de derrota. Siente que desciende peldaños en su capacidad de poder salvaguardar su impunidad. Este hecho, le preocupa, de ahí la tensión de todos los músculos de su cara (tenemos 46). Francisco Camps es, sin duda, un buen alumno de técnicas de comunicación, pero en este caso la parte del cerebro límbico, se impuso sobre su acción corporal, aunque el cerebro neocortical, le recordase la lección verbal que había preparado con anterioridad.  Los niveles más profundos de la consciencia, donde la mente humana guarda y transmite tanta información, han desvelado sus secretos.

RISA CÍNICA Y PUÑOS CERRADOS

Le enseñaron que la risa es gesto de poder y así no dejó de forzar sonrisa en todo momento. Esa falta de coherencia entre anunciar que tiene que abandonar su puesto “voluntariamente” no casa con la risa cínica. Transmite falsedad, poca credibilidad y parece estarse riendo de quienes le han obligado a “sacrificarse”. Su ego es tan pronunciado, que hasta en este momento tan triste quiere simular que se siente victorioso. Sus ojos lo dicen todo, como decía Aristóteles son “las ventanas del alma”, y así los vimos mirar hacia abajo, humedecer  y enrojecer, sin llegar a llorar. Muchas emociones controladas, que no impidieron dejarnos ver lo que procesaba en su interior. La angustia y ansiedad estuvieron presentes en todo momento. Así lo expresó a través de la sudoración o unos tics, que le hacían dar como pequeños saltitos .

Sus cejas también han sido muy elocuentes. Las arqueó hacia arriba varias veces, poniendo énfasis a veces con una elevación en la ceja izquierda, queriendo expresar duda o sorpresa, sobre todo cuando se refiere a las lealtades. Su figura, con traje, bien estructurado,  estaba completamente tensionada. Muy estirado, para demostrar que las contrariedades no le arrugan. Los colores seleccionados muy tradicionales y con una combinación muy del PP, en la gama de azules.   Las manos quería mostrarlas abiertas, pero esto no pudo llegar a ocurrir por los impulsos cerebrales, que le recordaban que no estaba siendo transparente. Así, cerraba sus puños, lo que indica rabia, agitaba sus brazos y sus dedos aparecían en posición agarrotada, sin dejarlos mover de forma natural.

TRILLO EL TRAIDOR

Todos sus colaboradores tenían unas caras tremendamente serias, apesaradas, incluso de lástima y preocupación. Sin excepción, además de sus rictus en tensión, también posaban con los brazos cruzados, lo que nos indica que su posición era defensa. ¿Qué pasará ahora con sus puestos de trabajo, que son cargos de confianza y por tanto de libre designación?    

Un poema de tragedia también afloraba a través de los rostros y gestos de sus amigos y valedores Rita Barberá y Federico Trillo.

Caras de dolor, muecas  como morderse los labios, se traducen en (si yo pudiera hablar…) Evidentemente, muchas cosas se aclararían pero ahora tocaba la escenificación de un Partido unido, que cree en los valores y la Inocencia de Camps. El expresidente lo tiene claro, cuando abraza a Rita Barberá, mira hacia arriba, proyentándose hacia el futuro, y  al abrazar a Trillo, mira hacia abajo, lo que le conecta con sus emociones más íntimas, al tiempo que le propina un pequeño golpecito en la parte posterior del cuello. Sin duda, Camps piensa que Trillo lo traicionó.

El estudio de la comunicación No Verbal no deja de asombrarnos sobre el trabajo interno de la mente. Piénsenlo antes de ponerse frente a las cámaras.

Sara Dobarro

Directora de Quedigo